domingo, 14 de diciembre de 2014

EL CARTERO SIMPÁTICO o unas cartas especiales (Janet y Allan Ahlberg, ed. Destino)


Éste es uno de los primeros libros infantiles que tuve siendo adulta. Me lo dio a conocer Ana, una de las mejores compis que he tenido, y, más tarde, las que se convirtieron, en el tramo final de sus carreras y cuando yo ya llevaba uno bueno de la mía, en mis auténticas profesoras de prácticas. Todo lo que he aprendido de utilidad ha sido fuera de las carreras, en la experiencia y, en mucha mayor parte, de los compañeros generosos que he tenido.

Se trata de un libro que, entre sus páginas, guarda cartas que el protagonista va repartiendo a diferentes personajes de cuentos.

Cada hoja de cuento/sobre de correos contiene una misiva de diferente tipo: una carta de disculpa de Ricitos de Oro a los tres osos por haberse comido la "papiya" (así, con faltas de ortografía, como dedicándoselo a los puristas que valoran por encima de la intención y el éxito comunicativos, es decir, sobre el fondo de la utilidad del lenguaje y su contenido, la forma y la corrección ortográfica en niños que aún no dominan las convenciones; y que prefieren que el niño no escriba nada si no lo va a hacer formalmente bien); una carta comercial para la bruja malvada; una postal para el gigante grande que llega por correo aéreo y se la manda nada menos que Jack (el de la mata de habas); una carta del famosísimo director gneral Pato Pocho a Cenicienta, diciéndole que va a publicar su historia y le envía un ejemplar (es una carta sorpresita, porque el cuento de Cenicienta en versión mini va incluido en el sobre, como Pato Pocho ya advertía); una carta de un despacho de abogados (en representación de los tres cerditos) dirigida al lobo; y, por fin, la felicitación del Osito a Ricitos de Oro junto con un regalito: ¡un billetazo de una libra!

Además es que los vecinos a los que el cartero reparte son tan simpáticos como él y le invitan siempre a tomar algo en sus casas (me recuerda ahora mismo a Bienvenus au Nord, y a cómo terminaba el repartidor XD; aquí casi siempre es té o algo "ligero").

La narración que conduce de destinatario a destinatario es divertidísima, igual que el contenido de los sobres.

Un libro precioso, divertido, muy jugable y muy aprovechable para un montón de tareítas.

Cuando yo lo descubrí aún no estaba tan en desuso la costumbre epistolar y ya me encantó. Pero ahora aún me parece un tesorito mayor que no hay que perderse.

Existen otras versiones posteriores: El cartero simpático en Navidad (The jolly Christmas postman) y The jolly pocket postman, y hasta una versión en CD: The jolly Post-Office
 


























 

1 comentario:

  1. ¡Hola! Que increíble que lo tengas completo. Yo tuve ese libro cuando era chiquita y me encantaba.... me encantaba tanto que perdí la mayoría de las cartas :(

    ¿Habría alguna posibilidad de pedirte que las escanees por ambos lados y me las mandes? Se que es mucho pedir, pero no encuentro el libro para comprarlo y quisiera poder completarlo para regalárselo a mi sobrina.

    Por cierto, ¡Que buen blog!

    Luciana Lia

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